La importancia de llevar el ritmo en Ciclo Indoor
Uno de los pilares básicos del ciclo indoor, y de casi cualquier actividad de fitness dirigida, es llevar bien el ritmo. Toda la música, se basa en beats, que no es otra cosa que “golpes”, o pulsos, que tiene la canción, normalmente de percusión, que sirven como guía al resto de instrumentos. Varios beats, siempre los mismos, son un compás, y esto es importante porque en la música, pocas cosas cambian por debajo de eso. Por normal general, trabajamos con música donde un compás, son cuatro beats.
Todos los instrumentos, se basan en esos compases para modificar algo, siempre en múltiplos de dos. Por ejemplo, un bajo puede tocar lo mismo, en bucle, en cada compás; una guitarra la misma melodía cada dos compases; otra guitarra, cada cuatro; y la voz, tiene ocho compases para cantar lo que tenga que cantar antes de que todo cambie.
Todos esos beats, se reproducen con el mismo intervalo de tiempo. Los baterías, tienen un aparato llamado metrónomo que, configurado previamente con el tempo deseado, les permite mantener un ritmo constante.
El beat y la pedalada en Ciclo Indoor
Pues esta herramienta, es la que debemos utilizar en nuestras clases de ciclo para optimizar el resultado de nuestras sesiones. Evidentemente que el instructor tiene que realizar un trabajo previo importante para el buen desarrollo de la sesión, debe tener en cuenta el nivel de los participantes en la clase, para seleccionar cuidadosamente el tipo de música tanto en velocidad, como en sonoridad (hay música que tiene mucho más marcados los beats que otra).
Lo primero que debemos saber, es que un beat, es una pedalada completa. Cuando suena debemos tener la pierna, por ejemplo, extendida del todo, y cuando suena el siguiente debemos haber completado una vuelta completa. Para mí, esta es la referencia más sencilla ya que podemos imaginar tener un bombo debajo de la bici, y lo hacemos sonar con el pie. Al pasar a montaña, al ser la cadencia de pedaleo inferior, realizamos la misma operación, pero alternando ambas piernas.
Como dato orientativo, en Cyclindoor trabajamos los llanos entre 80 y 110 beats por minuto, limitándolos a 100 bpm en tramos de pie. Las montañas, el ritmo parte de 120 y llega hasta los 160 bpm, pero al ser contabilizado con ambas piernas, nos deja una cadencia, siempre con la misma pierna, entre 60 y 80.
Un error que cometen muchas personas es priorizar resistencia a cadencia cuando debe ser al revés. Si observamos que vamos más rápido que la música, añadiendo un poco de resistencia nos regulará el ritmo. Si vamos por debajo, quitamos algo de resistencia para acelerarlo. Por experiencia, si nos acostumbramos a pedalear por debajo de la música, nos será muy difícil ir a ritmo algún día, con todo lo que conlleva.
Siempre pongo el ejemplo, exagerado, de la sala de musculación: si cogemos unas pesas, pero solo la podemos levantar dos centímetros, probablemente las cambiemos por unas de menos peso para poder levantarlas mejor y optimizar el rendimiento, disminuyendo las posibilidades de lesión. En clase de ciclo, debemos hacer lo mismo.
La importancia de llevar el ritmo en Ciclo Indoor
El ritmo, nos indica la resistencia que somos capaces de mover de manera segura. Hay dos aspectos que dañan mucho las rodillas: rodar despacio con excesiva resistencia y rodar rápido sin resistencia. En el momento que nuestro ritmo sea inferior al de la música, eso quiere decir que la resistencia empieza a ser excesiva y nos adentramos, sin darnos cuenta, en un terreno donde se incrementa el riesgo de lesión.
En el momento que llevemos perfectamente el ritmo, nuestras sesiones también serán más sencillas debido a que nos despreocupamos del mismo y nuestro trabajo aumentará y disminuirá, automáticamente, para alcanzar los objetivos previstos en la sesión. También nos permite prever cuando realizaremos algún cambio (ponerse de pie, sentarse, aumentar o disminuir resistencia) ya que estos suelen realizarse al finalizar un compás.
Por último, destacar que llevar bien el ritmo no es sencillo. Los primeros días, será muy complicado, pero con un poco de interés, no conozco a nadie que después de dos meses no lo lleve perfectamente. Caminar con música, utilizando los conceptos aquí expuestos para llevar el ritmo, también ayuda notablemente a mejorarlo. Ah! Y bailar también ayuda.