Consejos básicos para no bajarte del carro en tu primera clase de ciclo indoor
Iniciarse en una clase de ciclo indoor puede parecer fácil: te subes a la bici, pedaleas un rato, una duchita y a seguir existiendo. Pero como muchas otras cosas de apariencia sencilla, cuando te acercas no son tan fáciles como parecen. Así que lo normal es que cuando empieces a practicar ciclo cometas más errores de los que piensas, y por eso hoy te vamos a dar unos consejos básicos, para que empieces con buen pie.
1. Mentalízate de que te va a doler el booty
El primer día no va a ser fácil. La posición sobre la bici no es la más cómoda y el esfuerzo físico será, como poco, intenso. Asume que va a ser una hora, como poco, dura. El objetivo del primer día es adaptarte a la disciplina, no obtener resultados. Es la prueba de fuego que hay que pasar para entrar en el club de las chapas “bien duras”.
2. Noob, si soy
Son muchas las explicaciones que debes recibir antes de empezar a rodar: posición sobre la bici, altura de manillar y sillín, formas de pedalear, y hasta cómo secarte el sudor. Por eso es recomendable acudir con tiempo (cinco o diez minutos es suficiente) e informar al monitor que es tu primer día para que te de las primeras instrucciones. Reconocer que eres un novato es el primer paso para dejar de serlo.
3. Equípate bien para tu largo viaje
Toalla y agua son imprescindibles. Por mucho que pienses que bebes poco, la intensidad va a ser alta y el agua te dará un poco de vida extra. La toalla también es básica porque sudaremos mucho y es una forma de proteger la bici. Las zapatillas, procura que tengan la suela lo más rígida posible (sin que sea muy alta). Por último, lleva ropa lo más cómoda posible: no es el momento de hacerse fotos para el Tinder, y el sillín no es precisamente cómodo los primeros días. Sin estas cosas, se te puede hacer muy larga la hora.
4. Tú a lo tuyo
Aquí sois la bicicleta y tú, poco más. No mires al de al lado ni te piques con nadie. Además, las apariencias engañan mucho. Aquí hemos visto de todo: desde gente de 20 años fundidas por jubilados (mucho ojo con nuestros senior) hasta bestias de gimnasio pidiendo que venga un cura a darle la extremaunción a los 10 minutos de clase. Por otro lado también hemos visto a mucha gente que ha empezado concentrada, escuchando solo a su cuerpo y al monitor, y que ha terminado siendo la “Queen” del día.
5. Prohibido parar
El monitor, probablemente, estará pendiente de ti durante toda la sesión. Si tienes cualquier duda o necesitas cualquier cosa, levanta la mano y díselo. No bajes de la bici porque se te ha caído la botella de agua o para subirte el sillín. No dejes de pedalear en ningún momento, ese es tu único objetivo el primer día. Si paras, pierdes.
6. Conoce tus límites, y despídete de ellos
Vas a cansarte, sí. Vas a pensar que no puedes más, sí. Pero resistes mucho más de lo que piensas. Las mejoras entrenando se multiplican cuando llegamos a ese punto que pensamos que ya no podemos más, que es mejor dejarlo, pero intentamos un poquito más y lo conseguimos. ¡Esas son las buenas! En cualquier momento te vas a poder sentar, en cualquier momento te puedes quitar resistencia, pero intenta contar hasta cinco antes de hacerlo y poco a poco te irás alejando de tus límites.
7. Aunque sientas la llamada de “Sofá y Netflix”, no dejes ir a clase
Vas a terminar con agujetas por todo el cuerpo y no vas a poder sentarte en días (con s). Que eso no te impida volver. No esperes a que pase el dolor. Evidentemente estarás un poquito más incómodo en la segunda clase, pero una vez que pases las agujetas, ya no volverás a tener. Tu cuerpo intentará engañarte, te dirá que es mejor quedarte viendo una peli y descansar, pero si lo haces probablemente volverás a pasar por lo mismo del primer día cada vez.
Esperamos no haberte asustado con tantas agujetas. En realidad la primera clase suele ser muy divertida y da bastante subidón. Solo te contamos lo que nadie te cuenta, porque no queremos que vengas a pedalear con nosotros, queremos que te quedes. ¡Te esperamos!